Aprovechando que se cumplen en 2010 cién años del nacimiento de Miguel Hernández la cultura del espectáculo pretende una vez más aprovecharse de quién, ya muerto, no tiene voz para defenderse. El hombre torturado y asesinado lentamente, prisión tras prisión, por el franquismo, quiere ser convertido ahora por sus herederos en mercancía. Tras arrebatarle todo, a él y los suyos, tras sufrir todas las penalidades propias de su humilde cxondición de clase, él, su mujer, su hijo, ahora los cuervos de la política y la cultura quieren convertirlo en una franquicia más. Hablar de él para negarle, para no ahondar en su compromiso, para no denunciar a sus asesinos. Festejos para un aniversario. Miseria de sociedades corruptas y criminales. Ya en Orihuela algunos semianalfabetos que se dicen poetás se aprovechan de esta circunstancia con el apoyo o pasividad de las autoridades políticas. Miguel no es patrimonio de Orihuela. Es patrimonio de los amantes de la poesía, sobre todo la que creó después de salir de la sociedad ultramontana, inquisitoria, dormida bajo el peso del caciquismo y la Iglesia Católica. No permitamos más simulaciones y mentiras. Miguel hernández fue el hombre escritor más comprometidco con la causa de la República y de los pobres -el venía de la cultura de la pobreza, no era un burgués que jugaba a ser de izquierdas, que conoció la España que corre la tragedia de 1936 a 1939. Y fue una de sus grandes víctimas. Porque los tiempos no cambian aunque vistan otros ropajes. Y los arribistas, criminales, explotadores, censores, siguen siendo los descendientes de aquellos asesinos que anegaron España en sangre e instauraron después, con su dictadura fascista un tiempo de silencio., miseria y opresión. Miguel, "el hombre que nunca tuvo zapatos", "que pasó su juventud entre penas y cabras", al que le vistió la pobreza y cantó al sudor de los trabajadores, de las sufridas mujeres de la España rural, explotadas en todos los sentido, el poeta del amor y de la esperanza en un mundo mejor no puede ser apropiado por los canallas. Defendamos, frente a las telarañas seculares la memoria humana y poética de Miguel Hernández. Por eso he escrito conm rabia mi libro Miguel Hernández, memoria humana. Porque todos tenemos que cantarle y defenderle de quienes quieren tergiversar su vida y su obra.
Fuente: El blog de Andrés Sorel
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