Para mis amigas y amigos.

Con este video quiero dar las gracias a mis amigos y amigas por su apoyo, paciencia y comprensión y decirles que pueden contar conmigo como yo lo hago con ellos.

¡¡¡Gracias, sois geniales!!!



La diversidad permite se conocedores de todo, la unidad ayuda a encauzar los esfuerzos con un propósito, pero entre lo estas fuerzas hay frágil balanza.

Luís Gabriel Carrillo Navas

domingo, 20 de julio de 2008

Disacapacidad física y fantasías sexuales



1. ¿Qué son las fantasías sexuales?

Una fantasías sexual es imaginarse en un jacuzzi con tres o cuatro personas que nos atraen sobremanera, completamente desnudas y esperando una orden nuestra para hacernos disfrutar, también es una escena en la que somos nosotros los esclavos sexuales de alguien que nos gusta. Es cierto esto son fantasías sexuales, pero rememorar el encuentro sexual que tuvimos ayer con nuestra pareja o planear como será nuestra próxima relación sexual también son fantasías sexuales.
Una fantasía sexual es cualquier elaboración que haga mentalmente con contenido sexual. El contenido de las fantasías puede ser de lo más irreal o de lo más cotidiano, imposible o tan probable como que sucederá esa misma noche.

2. El valor de las fantasías

Las fantasías sexuales son productos de la imaginación que todos somos capaces de crear, tengamos o no algún tipo de discapacidad física. En una fantasía todo vale, son un lugar seguro donde todo tiene lugar, donde podemos hacer cosas que nunca hemos probado y que incluso jamás quisiéramos que nos pasaran en realidad, pero si nos excita muchísimo imaginarlas, pensar cómo serían y disfrutarlas al máximo.

La importancia y el valor de las fantasía es enorme, las podemos usar por ejemplo como ensayo cuando vamos a tener relaciones sexuales por primera vez, nos imaginamos cómo será la escena, qué haremos, etc. Pero además de servirnos para cuando la novedad de la relación nos hace estar nerviosos, también es útil para lo contrario, para animar las relaciones cuando ya se vuelven previsibles.

Pero no sólo en pareja son importantes las fantasías, cuando uno está solo, la fantasía es un instrumento de lo más potente para disfrutar por ejemplo de la masturbación.

Fantasear es un ejercicio sexual de lo más sano, sería como llevar al gimnasio a nuestro músculo más importante en ese terreno, la mente.

Aprender a fantasear, conocer que escenas me gusta más recrear, cuales me excitan de forma más vertiginosa, significa tener el control del placer en nuestra sexualidad, poder echar mano de ellas para ayudarme a iniciar o a potenciar la excitación en la relación o a solas.

3. Mitos sobre las fantasías sexuales

Si fantaseo, significa que me gustaría hacerlo.

La realidad es que no tiene porque ser así, muchas de nuestras fantasías pueden ser muy excitantes y divertidas en nuestra imaginación, pero jamás las llevaríamos a cabo en la realidad. Fantasear con que un extraño nos amordaza, nos viola o somos nosotros quienes sometemos a otra persona puede resultarnos excitante en la imaginación pero eso no significa que queramos que nos violen, nos sometan o seamos nosotros quienes sometamos.

Si pienso en otras personas en mis fantasías, estoy siéndole infiel a mi pareja.

Esto no es cierto, las fantasías son un terreno íntimo, para uno mismo y en el que todo está permitido precisamente porque no es real, es sólo un pensamiento. Al igual que soñar que hacemos el amor con otras personas no significa ser infiel o querer serlo, tampoco lo es fantasear con ello.

Si es cierto que, en ocasiones, confesarle alguna de nuestras fantasías a la pareja puede resultar de lo más sugerente, pero eso sí, cada uno debe conocer si esto va a ser divertido o sólo va a hacer daño a nuestra pareja.

Fantasear con situaciones que no puedo vivir, es inútil.

Las fantasías son placenteras en sí mismas, no hace falta que sean algo que puedo tener o haya tenido, es un terreno tan mágico que puede llegar a estar con los guapos y guapas más encumbrados del momento, como y cuando quiera, es un poder maravilloso que sería una pena desperdiciar.

Tanto hombres como mujeres, jóvenes, ancianos, personas con o sin discapacidad física, todos tenemos la posibilidad de disfrutar de este aspecto de la sexualidad tan placentero, no dejemos que los prejuicios nos agüen la fiesta.


Aldara Martos Palomeque

Instituto de Psicología, Sexología
y Médicina Espill.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

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