Pedacitos de momentos olvidados,
de aquellos tiempos pasajeros,
que acabaron convirtiendo nuestro espacio
en espacios de silencio.
Recordando tus palabras
mi añoranza se hace un hueco.
Compañero que regresas nuevamente
Ya te siento.
Almas gemelas, corazones plenos
repletos de alegrías y amarguras
siempre cargados de recuerdos.
Caminantes de una vida sin más camino
que el que va marcando el tiempo.
Te he sentido en estos meses y tan dentro
que no hay formas, ni palabras,
ni colores con que verlo.
Te aparté justo en el centro de mi cielo.
Me introduje en la esperanza de tu sueño.
Te empujaba hacia adelante y sin saberlo
compartía hasta el latido de tus miedos.
TE he llorado en los rincones del silencio.
Me he reído a cielo abierto tus progresos.
Amigo, padre, hermano, compañero,
Imparable Teuladí de inmenso cielo,
fuerte y frágil como el viento,
sé que vuelves y te espero.
(Mª Ángeles Sierra Hoyos)
(Dedicado a mi siempre buen amigo y maestro Enrique Rubio)
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