Esther Cuadrado, madre de Arturo, muestra los cuadernos de dibujo, vacíos, de su hijo javier alborés
La familia del pequeño exige más recursos humanos dentro del colegio y así lo solicitó en el Parlamento Europeo
Esther Cuadrado es una madre coraje que lleva meses luchando por la formación y el futuro de su hijo Arturo, un niño de cuatro años que padece autismo y que no cuenta con un apoyo personalizado que garantice su inclusión educativa. El pequeño estudia en el Colegio Hogar Santa Margarita junto a 25 compañeros que, al parecer, lo adoran. El centro educativo de la zona de Riazor cuenta con una profesora de Educación Especial que sólo puede dedicarle a Arturo cuatro horas a la semana, un tiempo, según los expertos, escaso para el progreso del menor, que necesita el apoyo de un pedagogo terapéutico que motive su proceso de aprendizaje.
Esther Cuadrado ha emprendido una dura batalla administrativa para que su hijo goce de los mismos derechos formativos que el resto de los escolares gallegos, tal y como se estipula en la Constitución y el Estatuto de Autonomía. Todos los informes psicológicos coinciden en señalar que Arturo se encuentra cómodo en su centro formativo, pero que demanda atención especializada, complementaria con la docente del resto de los alumnos.
“Es muy inteligente y su grado de autismo no es tan grave como en otros pacientes, por lo que lo ideal sería que se aumentara el número de educadores especiales en el Hogar Santa Margarita, que es donde está cómodo el menor”, advierte la psicóloga personal de Arturo, Ana González Sanchidrián. Por otro lado, la Asociación de Padres de Personas con Trastorno del Espectro Autista de A Coruña (Aspanaes) emitió un informe en el que explica que la afección de Arturo debía ser tratada en su centro educativo y, en ningún caso, formarlo en las aulas de la entidad, donde no contaría con la presencia de sus compañeros de centro, que están siendo de gran ayuda para él.
Soluciones > El pasado día 16 de abril comenzaron las reclamaciones de Esther Cuadrado en la administración autonómica. El día 25 de junio se reunió con la Jefa de la Inspección de Educación, Josefa Peña, que no se había leído el informe del pequeño, según la familia de Arturo, y que ofrecía una solución que no satisfacía la necesidad del pequeño. Peña indicó entonces que en A Coruña existen tres centros de escolarización preferente, en Salgado Torres, en Monte Alto y el Eusebio da Guerda. Según la inspectora, se trata de colegios que cuentan con dos pedagogos terapéuticos por cada cuatro niños.
Cuadrado se puso en contacto con los responsables de los centros educativos que había nombrado Peña. Según la madre de Arturo, los directores de los tres colegios aseguraron que la oferta de la inspectora de Educación no se ajustaba a la realidad. “Todos me dijeron que no contaban con los medios que había dicho la funcionaria, que además se atrevió a decirme que mi hijo estudiaba en el centro que yo había elegido y que ellos no tenían la culpa”, explicaba, dolida, Esther Cuadrado. Después de su “tropiezo” con la inspección, la familia de Arturo mantuvo una entrevista con el Director Xeral de Educación, José Luis Mira Lema, que mostró una buena disposición, aunque no se ofreció ninguna solución efectiva al caso de Artuto. Sin embargo, Mira adquirió el compromiso de solicitar una reunión con la Jefa Territorial de Educación, María Teresa Villaverde, que atenderá a Cuadrado mañana para tratar de solucionar el problema.
Por otra parte, el Valedor do Pobo, está investigando una posible vulneración de los Derechos Fundamentales y del Foro de Vida Independiente. Por este motivo ha solicitado diligencia a la hora de facilitar a Arturo medidas de apoyo personalizadas y efectivas en entornos que fomenten al máximo el desarrollo académico y social del pequeño.
El Parlamento Gallego no es el único conoce el caso de Arturo, y es que el Parlamento Europeo ha recibido varios documentos que acreditan la necesidad del menor de recibir esta clase de apoyo educativo. Además, Cuadrado ha remitido su demanda a la comisión de peticiones del Senado y del Congreso de los Diputados.
El autismo afecta en A Coruña a cuatro de cada mil niños, según los facultativos. Se trata de una patología que puede diagnosticarse en niños antes de los tres años de edad y que deteriora su comunicación e interacción social generando graves problemas de conducta que se deben a un desorden en el desarrollo cerebral. “En el caso de Arturo es una dolencia leve, es inteligente y aprende a través de pictogramas, tiene interés en relacionarse, pero no sabe, por eso es necesario más apoyo”, explica la psicóloga, Ana González.
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