La odisea de un discapacitado para viajar en autobús
Manuel Lobato pretendía viajar en autobús de Madrid a Estepona el pasado 30 de diciembre, un viaje truncado porque la rampa para su silla de ruedas no funcionaba
NOELIA ANDRADE. ESTEPONA Un gesto tan sencillo y cotidiano como viajar en autobús se convirtió para Manuel Lobato en una auténtica odisea. Y es que su intención de viajar de Madrid a Estepona en autobús, el 30 de diciembre, se vio truncada por la imposibilidad de usar el asiento reservado para minusválidos para el que previamente había comprado billete.
"La plataforma elevadora no funciona y tampoco está desmontado el asiento en cuyo lugar se debe colocar usted, así que no puede viajar en este vehículo, señor". De esta manera le anunciaba el chófer del autobús, de la compañía Daibus, que no podía realizar el viaje que tenía planeado. Un hecho que provocó la reclamación de Manuel Lobato sin que la empresa le diera ninguna explicación satisfactoria. La única alternativa era que esperara la salida de un nuevo autobús a las 13 horas, pero sin garantía de que entonces pudiera hacer valer sus derechos.
En ese momento, Manuel decidió protestar de una manera más enérgica y se situó con su silla de ruedas delante del autobús, bloqueando la salida a la hora prevista. Tras unos minutos de desconcierto, agentes de la policía retiraron a Manuel por la fuerza y el autobús salió de Madrid con unos minutos de retraso. No obstante, su espera no terminó ahí porque tampoco pudo viajar en el segundo vehículo, cómo le habían prometido, ya que el autobús presentaba el mismo problema. Finalmente, se le dio otra solución. La compañía le reservó los billetes para él, sus dos hijos y su asistente personal para el día 31 de diciembre, fecha en la que finalmente consiguieron viajar.
Este hecho ha provocado que asociaciones de discapacitados hayan manifestado su protesta por este nuevo episodio de discriminación y falta de ética. Sobre todo, teniendo en cuenta que un familiar del afectado había adquirido previamente el billete para viajar en la plaza reservada a los usuarios en silla de ruedas, sin que hubiera inconveniente alguno. A esto se añade que la empresa de transporte de viajeros por carretera muestra en su página web www.daibus.es que "el 100% de la flota está equipada con plataforma elevadora para el acceso de minusválidos en silla de ruedas".
Tras superar todos los inconvenientes, Manuel pudo realizar el trayecto de Madrid a Estepona el día 31 de diciembre, 24 horas después de lo que pretendía. El viaje tampoco estuvo exento de sin sobresaltos porque a la hora de parar a comer la rampa para bajar su silla de ruedas falló en un primer instante. Finalmente, se solucionó y hacia las siete de la tarde llegó a su destino con sus dos hijos y su asistente.
Muy cansado, por las más de siete horas de viaje, pero con una sonrisa en el rostro, Manuel lamentó que en el siglo XXI todavía sucedan este tipo de hechos discriminatorios hacia los discapacitados pero espera que a través de su protesta, a pesar de todo, los ciudadanos tomen conciencia sobre la necesidad de eliminar las barreras.
NOELIA ANDRADE. ESTEPONA Un gesto tan sencillo y cotidiano como viajar en autobús se convirtió para Manuel Lobato en una auténtica odisea. Y es que su intención de viajar de Madrid a Estepona en autobús, el 30 de diciembre, se vio truncada por la imposibilidad de usar el asiento reservado para minusválidos para el que previamente había comprado billete.
"La plataforma elevadora no funciona y tampoco está desmontado el asiento en cuyo lugar se debe colocar usted, así que no puede viajar en este vehículo, señor". De esta manera le anunciaba el chófer del autobús, de la compañía Daibus, que no podía realizar el viaje que tenía planeado. Un hecho que provocó la reclamación de Manuel Lobato sin que la empresa le diera ninguna explicación satisfactoria. La única alternativa era que esperara la salida de un nuevo autobús a las 13 horas, pero sin garantía de que entonces pudiera hacer valer sus derechos.
En ese momento, Manuel decidió protestar de una manera más enérgica y se situó con su silla de ruedas delante del autobús, bloqueando la salida a la hora prevista. Tras unos minutos de desconcierto, agentes de la policía retiraron a Manuel por la fuerza y el autobús salió de Madrid con unos minutos de retraso. No obstante, su espera no terminó ahí porque tampoco pudo viajar en el segundo vehículo, cómo le habían prometido, ya que el autobús presentaba el mismo problema. Finalmente, se le dio otra solución. La compañía le reservó los billetes para él, sus dos hijos y su asistente personal para el día 31 de diciembre, fecha en la que finalmente consiguieron viajar.
Este hecho ha provocado que asociaciones de discapacitados hayan manifestado su protesta por este nuevo episodio de discriminación y falta de ética. Sobre todo, teniendo en cuenta que un familiar del afectado había adquirido previamente el billete para viajar en la plaza reservada a los usuarios en silla de ruedas, sin que hubiera inconveniente alguno. A esto se añade que la empresa de transporte de viajeros por carretera muestra en su página web www.daibus.es que "el 100% de la flota está equipada con plataforma elevadora para el acceso de minusválidos en silla de ruedas".
Tras superar todos los inconvenientes, Manuel pudo realizar el trayecto de Madrid a Estepona el día 31 de diciembre, 24 horas después de lo que pretendía. El viaje tampoco estuvo exento de sin sobresaltos porque a la hora de parar a comer la rampa para bajar su silla de ruedas falló en un primer instante. Finalmente, se solucionó y hacia las siete de la tarde llegó a su destino con sus dos hijos y su asistente.
Muy cansado, por las más de siete horas de viaje, pero con una sonrisa en el rostro, Manuel lamentó que en el siglo XXI todavía sucedan este tipo de hechos discriminatorios hacia los discapacitados pero espera que a través de su protesta, a pesar de todo, los ciudadanos tomen conciencia sobre la necesidad de eliminar las barreras.
Fuente: La Opinión de Málaga
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