Para mis amigas y amigos.

Con este video quiero dar las gracias a mis amigos y amigas por su apoyo, paciencia y comprensión y decirles que pueden contar conmigo como yo lo hago con ellos.

¡¡¡Gracias, sois geniales!!!



La diversidad permite se conocedores de todo, la unidad ayuda a encauzar los esfuerzos con un propósito, pero entre lo estas fuerzas hay frágil balanza.

Luís Gabriel Carrillo Navas

lunes, 16 de noviembre de 2009

¿Les compensarán los tribunales por ser víctimas de Estado?

La ‘polio’ como víctima de la memoria histórica

Isabel acompañará a su marido en el 'vía crucis' judicial. | E. Torres

Isabel acompañará a su marido en el 'vía crucis' judicial. | E. Torres

  • Una pareja de Castellón lleva a los tribunales a la Seguridad Social
  • Exigen una paga porque no fueron vacunadas a tiempo en el Franquismo

Sara Fructuoso | Castellón

Actualizado lunes 16/11/2009 11:18 horas

El juzgado número 3 de Castellón instruirá en enero la causa abierta por un vecino de la capital, afectado de síndrome postpoliomelitis, que solicita al Instituto Nacional de la Seguridad Social ser reconocido como víctima de la memoria histórica, o lo que es lo mismo, una paga para compensarle porque, en su caso, la vacuna contra la polio llegó tarde y ahora sufre los efectos degenerativos que conlleva en la madurez, conocidos como síndrome ‘postpolio’. Su mujer, también afectada, todavía no ha emprendido los trámites legales dado que ella aún conserva su puesto de trabajo, del que él fue despedido cuando la crisis daba sus primeros pasos en Castellón.

El reparto de la vacuna contra la pandemia comenzó en el norte de Europa y Estados Unidos en 1955, pero para la España deprimida de la época, el fármaco no llegó hasta 1963. En aquel entonces, el vecino de la capital que hoy denuncia su caso tenía seis años y la que más tarde se convertiría en su mujer soplaba su primera vela de cumpleaños. La vacuna llegó demasiado tarde para ambos.

Ahora él urge a la Seguridad Social «que se reconozca el empeoramiento de la patología», que da derecho a solicitar la incapacidad y, por tanto, una paga que compensaría las dificultades laborales y personales a las que se enfrenta a diario.

No en vano, los corsés, muletas y bitutores se han convertido en imprescindibles para poder moverse sin apenas dificultades por la ciudad. Por no hablar de las constantes visitas a fisioterapeutas y rehabilitadores, que intentan atenuar los dolores que deja la huella de la pandemia.

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