Por Cesar Giménez.
Hay un catálogo -no muy extenso, por otra parte- de frases, expresiones y palabras que utiliza la gente de buena voluntad cuando se dirige, refiere o enfrenta a personas con diversidad funcional. Este directorio especial se extiende a varias facetas de nuestra vida cotidiana, tendiendo a simplificarla por medio de un lenguaje compuesto por vocablos fácilmente entendibles y acordes a nuestras obtusas mentes. Las expresiones tienden a repetirse para que queden bien fijadas y grabadas en nuestra cabeza sin peligro de desprendimientos inesperados.
Con el indiscutible objeto de lograr la infantilización de personas, al menos biológicamente desarrolladas, se emplean términos condescendientes y paternalistas que, con cierta frecuencia, consiguen triunfar eliminando el inexcusable concepto de responsabilidad que no abandonamos ni nos abandona (a no ser que se nos incapacite legalmente convirtiéndonos en entes exrañamente irresponsables). Cuando yerran en su propósito, provocan una tediosa y fatigada indiferencia (pasotismo adquirido por saturación onerosa, PASO), llegando a producir, en casos extremos, ira irrefrenable e indignación incontrolable (IIII).
Existe a precio de saldo-crisis un recientemente aparecido diccionario de bolsillo del que extraigo un par de expresiones para ilustrar la solapada situación. Las escojo debido a motivos muy personales. Se trata de la expresión poco a poco y del, en apariencia inocuo, diminutivo de la palabra paseo. Pretendo hacer uso de estos giros particulares, y del constante recurso gramatical al diminutivo como herramientas de poder. Es evidente el claro objetivo de desbaratar una jerarquía social horizontal más o menos alcanzada tras años de dura y, por momentos, penosa lucha.
La expresión poco a poco, con la variante poquito a poco, tiene una doble vertiente: colectiva e individual. En su rama colectiva suele hallarse con frecuencia en la cuestión, lo vuestro...¿poquito a poco, no? Si analizamos estas breves palabras pronunciadas sin maldad y sin intención de escuchar una respuesta, uno piensa que mientras se califique de 'vuestro' a algo que nadie posee y que nos atañe a todos, todos, todos, mientras se considere la diversidad funcional como ajena, 'Houston, tenemos un problema'.
Abordando ya la segunda parte de la proposición... ¿poquito a poco, no?, cuando borramos la cara de póquer de nuestra cara, indefectiblemente sobresale entre muchas la cuestión de por qué el reconocimiento de los derechos de las personas con diversidad funcional ha de llegar poco a poco. No deseo que disfruten de la igualdad de oportunidades los niños de hoy, sus hijos o nietos, pretendo gozar de lo que me corresponde en esta vida, desde ya (por supuesto también los niños de hoy, etc.).
También se articula de forma individual: lo tuyo qué... ¿poquito a poco, no? Aquí destaco el lugar al que este poquito me conduce. Sólo puede llevar a que me levante y ande, o a que por milagro mi ojo y mi brazo comiencen a funcionar, pero eso importa un bledo, porque seguirán habiendo personas discriminadas por su diversidad funcional -milagros los justos- por otra parte, aunque el milagro se diese, yo quedaría estigmatizado como 'quien antes tal y tal pascual'.
El tema del paseo va de la mano con el del paseíto. estamos ante 'mundo paseo' y ante 'mundo diminutivo'. Lo explico: un desastre como el menda sólo puede ir de 'paseo'; me cruzo con personas para quienes es impensable que vaya al cine, a la biblioteca, a la universidad, al mercado o a donde me plazca; por tanto, aunque me tope con esas personas siete veces el mismo día, obligatoriamente marcho o vuelvo de un eterno paseo con rumbo indeterminado.
Con 'mundo diminutivo', hago referencia a que también me es negado el 'ir de paseo', el término apropiado es 'ir de paseíto'. Carezco de amigos, en todo caso tengo 'amiguitos', veo 'peliculitas' o hasta leo 'libritos'. Mi madre debería replantearse el dicho y aprender que 'poquito a poquito hilaba la viejecita el copito'.
Con el indiscutible objeto de lograr la infantilización de personas, al menos biológicamente desarrolladas, se emplean términos condescendientes y paternalistas que, con cierta frecuencia, consiguen triunfar eliminando el inexcusable concepto de responsabilidad que no abandonamos ni nos abandona (a no ser que se nos incapacite legalmente convirtiéndonos en entes exrañamente irresponsables). Cuando yerran en su propósito, provocan una tediosa y fatigada indiferencia (pasotismo adquirido por saturación onerosa, PASO), llegando a producir, en casos extremos, ira irrefrenable e indignación incontrolable (IIII).
Existe a precio de saldo-crisis un recientemente aparecido diccionario de bolsillo del que extraigo un par de expresiones para ilustrar la solapada situación. Las escojo debido a motivos muy personales. Se trata de la expresión poco a poco y del, en apariencia inocuo, diminutivo de la palabra paseo. Pretendo hacer uso de estos giros particulares, y del constante recurso gramatical al diminutivo como herramientas de poder. Es evidente el claro objetivo de desbaratar una jerarquía social horizontal más o menos alcanzada tras años de dura y, por momentos, penosa lucha.
La expresión poco a poco, con la variante poquito a poco, tiene una doble vertiente: colectiva e individual. En su rama colectiva suele hallarse con frecuencia en la cuestión, lo vuestro...¿poquito a poco, no? Si analizamos estas breves palabras pronunciadas sin maldad y sin intención de escuchar una respuesta, uno piensa que mientras se califique de 'vuestro' a algo que nadie posee y que nos atañe a todos, todos, todos, mientras se considere la diversidad funcional como ajena, 'Houston, tenemos un problema'.
Abordando ya la segunda parte de la proposición... ¿poquito a poco, no?, cuando borramos la cara de póquer de nuestra cara, indefectiblemente sobresale entre muchas la cuestión de por qué el reconocimiento de los derechos de las personas con diversidad funcional ha de llegar poco a poco. No deseo que disfruten de la igualdad de oportunidades los niños de hoy, sus hijos o nietos, pretendo gozar de lo que me corresponde en esta vida, desde ya (por supuesto también los niños de hoy, etc.).
También se articula de forma individual: lo tuyo qué... ¿poquito a poco, no? Aquí destaco el lugar al que este poquito me conduce. Sólo puede llevar a que me levante y ande, o a que por milagro mi ojo y mi brazo comiencen a funcionar, pero eso importa un bledo, porque seguirán habiendo personas discriminadas por su diversidad funcional -milagros los justos- por otra parte, aunque el milagro se diese, yo quedaría estigmatizado como 'quien antes tal y tal pascual'.
El tema del paseo va de la mano con el del paseíto. estamos ante 'mundo paseo' y ante 'mundo diminutivo'. Lo explico: un desastre como el menda sólo puede ir de 'paseo'; me cruzo con personas para quienes es impensable que vaya al cine, a la biblioteca, a la universidad, al mercado o a donde me plazca; por tanto, aunque me tope con esas personas siete veces el mismo día, obligatoriamente marcho o vuelvo de un eterno paseo con rumbo indeterminado.
Con 'mundo diminutivo', hago referencia a que también me es negado el 'ir de paseo', el término apropiado es 'ir de paseíto'. Carezco de amigos, en todo caso tengo 'amiguitos', veo 'peliculitas' o hasta leo 'libritos'. Mi madre debería replantearse el dicho y aprender que 'poquito a poquito hilaba la viejecita el copito'.
Fuente: YMálaga
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