Por Mª Ángeles Sierra*
El camino de la vida es el trabajo,
cargado de historia, amor y duelo;
cargado de pesares incontables,
de ilusiones renovadas tras el miedo
Sudor y sangre para unos;
para otros es y fue pasión y juego;
negocio intestinal es para aquellos
que apuestan por jugar a ser los dueños´
El trabajo de sentir es tal trabajo
que desloma hasta el final el sentimiento,
que sudora las pupilas de las gentes,
que encamina corazones al destierro
Despedaza en mil pedazos consistencias;
desenlaza los tejidos de los sueños.
Se apodera de la furia y de la fuerza;
se alimenta de ilusiones de otros tiempos.
Y entre el rio y tu
la noche y yo.
Trabajo me cuesta
perderte mi amor.
El camino de la vida es el trabajo,
cargado de historia, amor y duelo;
cargado de pesares incontables,
de ilusiones renovadas tras el miedo
Sudor y sangre para unos;
para otros es y fue pasión y juego;
negocio intestinal es para aquellos
que apuestan por jugar a ser los dueños´
El trabajo de sentir es tal trabajo
que desloma hasta el final el sentimiento,
que sudora las pupilas de las gentes,
que encamina corazones al destierro
Despedaza en mil pedazos consistencias;
desenlaza los tejidos de los sueños.
Se apodera de la furia y de la fuerza;
se alimenta de ilusiones de otros tiempos.
Y entre el rio y tu
la noche y yo.
Trabajo me cuesta
perderte mi amor.
* Dedicada a quienes viven o sobreviven de su incierto trabajo o lo perdieron y mataron su ilusión.
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