Por lo visto al colegio le parece normal que a una niña se la bajen los pantalones, se la insulte y se la haga pasar los ratos que se la ha hecho pasar, hasta el punto de la niña querer morirse. (Todo ello acreditado con informes médicos) Pero todavía el tio bruto del director del colegio y su comparsa en un ataque de hipocresía, nos viene a decir lo preocupados que se sienten después de 17 meses sin ir al colegio y que lo que pueden tardar aun se desconoce porque está en manos de la fiscalía, que por otra parte es la misma que ignoró desde el principio la petición de la abogada de oficio de Manuel.
Para más inri nos dice el tio, ya que para mi como ciudadana no se merece mejor respeto desde el momento en que está encubriendo una vulneración de derechos humanos, que intentaron convencer a Manuel y no le convencieron ¿De qué querían convencerle, de consentir que a su hija la acosaran porque hasta el cambio de aula que solicitó para evitar estos atropellos le fue desestimado?
Quizás cuando quieran resolver a Silvia se le haya pasado la edad de escolarización, Manuel pasará a la historia como el padre que ni se preocupó por llevar a su hija al colegio, por mucho que pesen más la colección de reclamaciones de que dispone que lo que es su propio peso, solo porque era un manías y no dejaba que a su hija la bajaran los pantalones, los alegres muchachitos cachorrillos de un sistema educativo perfecto ideado y consentido por la progresía del imperio extremeño, mientras que el director y comparsa ascendiente y descendiente, dormirán a pierna suelta como cerdos , llamando exagerados a otra niña y a otra familia que serán nuevamente víctimas de esto.
Esta es la aplicación de derechos humanos que imponen las instituciones, lavándose las manos y culpando a las víctimas de sus atropellos. ¡Manda güevos!
¡Fuera Perros!
Una niña lleva 17 meses sin ir a clase por miedo a las burlas de sus compañeros
JUANMA LÓPEZ-GUILLÉN G. 10.03.2010
¿Qué haría si su hija de doce años le contara esto?: "Hoy me han echado pegamento en la silla y me han llamado subnormal y chochona, como todos los días. Cuando me he sentado, todos mis compañeros se han apartado del banco. Uno de ellos me ha dado una patada y otro me ha dicho si quería que me enseñara el pito. Papá, por favor, por favor, no quiero volver nunca más al colegio".
Le dijo a la psicóloga que quería morirse, que no aguantaba másÉsta es la historia que le ha tocado vivir a Manuel Rodríguez, un padre de Villafranca de los Barros (Badajoz), que cansado de escuchar las quejas de su pequeña decidió no volverla a llevar al colegio. "La gota que colmó el vaso fue cuando le dijo a la psicóloga que quería morirse, que no aguantaba más", contó desesperado a 20minutos.es Manuel, el padre de la pequeña.
Desde entonces han pasado 17 meses y Manuel, único cabeza de familia, se ha visto obligado a dejar su trabajo como funcionario en la Junta de Extremadura para atender a la pequeña. "Pedí una excedencia para dedicarme exclusivamente a mi hija. La he matriculado en una escuela californiana de educación a distancia y la llevo a una terapeuta para intentar subirle el ánimo", explica.
Pero, ¿por qué se meten con Silvia? La pequeña sufre un Trastorno por Déficit Atencional (TDA) que ralentiza su aprendizaje y le impide relacionarse con normalidad. "Es como si en muchas ocasiones se quedara ausente, aislada", explica su padre. Por este motivo, desde que era muy pequeña se ha convertido en la diana de todas las burlas de sus compañeros de clase de los que ella misma dice que "no hay ninguno bueno. Todos mis compañeros se meten conmigo y los que no lo hacen no me hacen caso".
"Volvió a salir llorando"
La situación que estaba viviendo Silvia intentó solucionarse hace unos años con un cambio de colegio. La Consejería de Educación de Extremadura, conocedora de las numerosas quejas de Manuel, concedió el cambio de centro de Silvia. Su expediente fue trasladado del colegio Santa María de La Coronada al José Rodríguez Cruz.
Un niño le bajó los pantalones a mi pequeña en clase de gimnasia para que todos se rieran de ella"No cambió nada de nada. Al poco tiempo mi hija empezó a volver a salir llorando desesperada del colegio. Incluso, un día me enteré por una madre de una compañera de que un niño le había bajado los pantalones a mi pequeña en clase de gimnasia para que todos se rieran de ella. Fue entonces cuando hablé con el centro y pedí un cambio de aula, pero la dirección no me lo concedió. Decían que eran cosas mías", recuerda el padre de Silvia.
Una versión con la que no está de acuerdo el colegio. "Un día sin más dejó de traer a su hija a clase. Empezó con que si todos los niños se metían con ella y que no hacíamos nada. Una decisión que no entendían los profesores, porque Silvia era una buena estudiante y el único problema que tenía era que le costaba relacionarse. Ahora es cuando no se relaciona", señaló a este diario el director del centro. También explicó que pasados unos días puso el caso de absentismo escolar en conocimiento de la Consejería de Educación para que actuasen.
Por su parte, Educación explicó a este diario que "se intentó convencer al padre en múltiples ocasiones para que volviera a llevar a su hija al colegio", pero que "no se consiguió nada". Por este motivo, su caso pasó a ser estudiado por una comisión de absentismo escolar y, finalmente, a la Fiscalía de Menores para que actuasen los Servicios Sociales, según explicaron fuentes de la Consejería de Igualdad y Empleo de la Junta de Extremadura.
Las mismas fuentes no pudieron concretarnos en qué estado se encuentra el expediente de la pequeña Silvia que lleva 17 meses en casa sin acudir al colegio.
"No volverá a desear morirse"
Manuel Rodríguez, padre de Silvia, lo tiene claro: "No llevaré a mi hija al colegio si no me dan una solución", asegura. Sabe que en España la educación es obligatoria para los menores de 16 años y que si no cesa en su intención –de no escolarizar a su hija– Asuntos Sociales pueden quitarle la custodia. Además, Miguel explicó que su situación económica es límite porque viven de una paga por minusvalía (perdió una mano mientras trabajaba), pero que pronto no le dará el dinero para llegar a final de mes. Por este motivo, Manuel explicó que no descarta ponerse en huelga de hambre, pero que su hija "no volverá a desear morirse".
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