La exterminación de enfermos mentales e inválidos: las primeras cámaras de gas.
En la Alemania de entreguerras, científicos racistas como K. Binding y A. Hoche desarrollaron las ideas que iban a conducir a justificar la destrucción de “vidas sin valor”, de “existencias superfluas”, de “espíritus muertos”, de “envoltorios humanos vacíos”. Esta concepción, llamada “eugenismo” se inspiró en la idea de Darwin de la “lucha por la vida” y condujo a la exterminación de “seres inferiores”: alcohólicos, epilépticos, psicópatas, enfermos, débiles de espíritu, inválidos y enfermos incurables.
A través de la prensa y de la radio los nazis fueron acostumbrando poco a poco a los alemanes a concebir y a admitir una especie de “eutanasia” para estas personas. Además también se justificaban estas muertes porque, según ellos, eran personas incapaces de desarrollar un trabajo pero que consumían los recursos, y esto era inadmisible para un país en guerra.
Este es, por ejemplo, un problema de matemáticas que resolvían los niños en las escuelas nazis:
Un enfermo mental cuesta diariamente unos 4 marcos, un enfermo 5,50 marcos, un criminal 3,5 marcos y un apprenti 2 marcos.1. Haced un gráfico con estas cifras.2. Según prudentes estimaciones, hay en Alemania 300.000 enfermos mentales, epilépticos, etc. que reciben cuidados permanentes. Calculad cuanto cuestan anualmente estos 300.000 enfermos mentales y epilépticos. ¿Cuántos préstamos a fondo perdido (no reembolsables) de 1.000 marcos se podrían hacer para jóvenes matrimonios si este dinero pudiera ser ahorrado?.
Citado pro H.J. Gamm, Der braune Kult, Hamburg, Rútten una Loening, 1962.
La solución fue simple para los nazis: Había que deshacerse de los enfermos mentales y los epilépticos.
Una circular del ministerio del Interior alemán datada el 18 de agosto de 1939 obligaba a los médicos y a las comadronas a declarar qué niños nacían con deformidades. A éstos se les mataba enseguida mediante inyecciones de morfina o de escopolamina. Se creó un comité para el estudio científico de las enfermedades graves, hereditarias y congénitas y para estudiar los modos de aplicación de este tipo de “eutanasia”.. El 1 de octubre de 1939 una carta de Hitler (datada sin embargo en 1 de septiembre de ese mismos año) autorizaba a los médicos a “proporcionar una muerte misericordiosa a los enfermos incurables, según su apreciación tan rigurosa como sea posible”. La operación de eliminación de internos de los hospitales y manicomios comenzó en octubre de 1939, disimulada bajo el nombre de “código T4” (el lugar de la central, situada en el número 4 de la calle Tierganten de Berlín). La operación comportaba la selección de víctimas por una comisión de control (que juzgaba en la mayoría de los casos sobre la información contenida en los dossieres), el traslado a uno de los seis institutos de “eutanasia” repartidos sobre todo el territorio, la ejecución mediante monóxido de carbono (las inyecciones de morfina y de escopolamina se mostraron ineficaces), la incineración y una notificación de defunción y de condolencias para las familias.
La cámara de gas del centro de exterminio de Bradenburg era así: .
La sala de la muerte, antes de su instalación, había estado camuflada como sala de inhalación. Los muros estaban sellados. Más tarde se añadió al camuflaje duchas fijas en el techo, alimentadas por canalizaciones ficticias. A lo largo del muro, a diez centímetros del suelo, corría una canalización conectada a botellas de gas. En este tubo se habían hecho numerosos y minúsculos orificios a través de los cuales el gas se expandía por toda la sala. Las botellas de gas estaban en una habitación posterior, disimuladas por un revestimiento.
Publicado en E. Kogon, H. Langbein y A. Rückerl, Les chambres à gaz, secret d’Etat, París, Editions de Minuit, 1984.
Aunque las operaciones se desarrollaban con gran discreción, usando un lenguaje codificado, los rumores circulaban y las familias se inquietaban. Las iglesias protestante y católica se alarmaron. El 3 de abril de 1941, monseñor von Galen, obispo de Münster, denuncia estos asesinatos. Fue seguido por os obispos de Fulda y de Limburg. El 24 de agosto de 1941 Hitler ordenó oficialmente la detención del programa T4. En esta fecha las víctimas eran ya 70.273 repartidas de la siguiente manera: 9.839 en Grafeneck, 9.772 en Brandenburg, 8.601 en Bemburg, 18.269 en Hatheim, 13.720 en Sonnenstein y 10.072 en Hadamar.
En la realidad, la eliminación de enfermos mentales e incurables continuó discretamente hasta 1945. Los centros de “eutanasia” recibían además convoyes de detenidos procedentes de campos de concentración que habían sido juzgados inútiles para el trabajo. Los documentos señalan la muerte, por ejemplo, de 5.000 detenidos procedentes de Mauthausen y de otros 3.000 de Dachau. El número de víctimas estimado en esta segunda fase de la operación T4 asciende a más de 30.000. Todos los ancianos judíos internos en establecimientos terapéuticos fueron matados de esta manera. La “eutanasia” permitió a los nazis asesinar a más de 100.000 víctimas indefensas. Fue la primera vez que se realizó un exterminio biológico justificado por el concepto de “higiene racial”; y la primera vez que fueron experimentadas las cámaras de gas que luego se usaron en las exterminaciones masivas de prisioneros de campos de concentración.
Más iformación sobre este tema en la pagina
http://www.txoriherri.com/nazis.htm
http://perso.wanadoo.fr/d-d.natanson/homosexuels.htm
En la Alemania de entreguerras, científicos racistas como K. Binding y A. Hoche desarrollaron las ideas que iban a conducir a justificar la destrucción de “vidas sin valor”, de “existencias superfluas”, de “espíritus muertos”, de “envoltorios humanos vacíos”. Esta concepción, llamada “eugenismo” se inspiró en la idea de Darwin de la “lucha por la vida” y condujo a la exterminación de “seres inferiores”: alcohólicos, epilépticos, psicópatas, enfermos, débiles de espíritu, inválidos y enfermos incurables.
A través de la prensa y de la radio los nazis fueron acostumbrando poco a poco a los alemanes a concebir y a admitir una especie de “eutanasia” para estas personas. Además también se justificaban estas muertes porque, según ellos, eran personas incapaces de desarrollar un trabajo pero que consumían los recursos, y esto era inadmisible para un país en guerra.
Este es, por ejemplo, un problema de matemáticas que resolvían los niños en las escuelas nazis:
Un enfermo mental cuesta diariamente unos 4 marcos, un enfermo 5,50 marcos, un criminal 3,5 marcos y un apprenti 2 marcos.1. Haced un gráfico con estas cifras.2. Según prudentes estimaciones, hay en Alemania 300.000 enfermos mentales, epilépticos, etc. que reciben cuidados permanentes. Calculad cuanto cuestan anualmente estos 300.000 enfermos mentales y epilépticos. ¿Cuántos préstamos a fondo perdido (no reembolsables) de 1.000 marcos se podrían hacer para jóvenes matrimonios si este dinero pudiera ser ahorrado?.
Citado pro H.J. Gamm, Der braune Kult, Hamburg, Rútten una Loening, 1962.
La solución fue simple para los nazis: Había que deshacerse de los enfermos mentales y los epilépticos.
Una circular del ministerio del Interior alemán datada el 18 de agosto de 1939 obligaba a los médicos y a las comadronas a declarar qué niños nacían con deformidades. A éstos se les mataba enseguida mediante inyecciones de morfina o de escopolamina. Se creó un comité para el estudio científico de las enfermedades graves, hereditarias y congénitas y para estudiar los modos de aplicación de este tipo de “eutanasia”.. El 1 de octubre de 1939 una carta de Hitler (datada sin embargo en 1 de septiembre de ese mismos año) autorizaba a los médicos a “proporcionar una muerte misericordiosa a los enfermos incurables, según su apreciación tan rigurosa como sea posible”. La operación de eliminación de internos de los hospitales y manicomios comenzó en octubre de 1939, disimulada bajo el nombre de “código T4” (el lugar de la central, situada en el número 4 de la calle Tierganten de Berlín). La operación comportaba la selección de víctimas por una comisión de control (que juzgaba en la mayoría de los casos sobre la información contenida en los dossieres), el traslado a uno de los seis institutos de “eutanasia” repartidos sobre todo el territorio, la ejecución mediante monóxido de carbono (las inyecciones de morfina y de escopolamina se mostraron ineficaces), la incineración y una notificación de defunción y de condolencias para las familias.
La cámara de gas del centro de exterminio de Bradenburg era así: .
La sala de la muerte, antes de su instalación, había estado camuflada como sala de inhalación. Los muros estaban sellados. Más tarde se añadió al camuflaje duchas fijas en el techo, alimentadas por canalizaciones ficticias. A lo largo del muro, a diez centímetros del suelo, corría una canalización conectada a botellas de gas. En este tubo se habían hecho numerosos y minúsculos orificios a través de los cuales el gas se expandía por toda la sala. Las botellas de gas estaban en una habitación posterior, disimuladas por un revestimiento.
Publicado en E. Kogon, H. Langbein y A. Rückerl, Les chambres à gaz, secret d’Etat, París, Editions de Minuit, 1984.
Aunque las operaciones se desarrollaban con gran discreción, usando un lenguaje codificado, los rumores circulaban y las familias se inquietaban. Las iglesias protestante y católica se alarmaron. El 3 de abril de 1941, monseñor von Galen, obispo de Münster, denuncia estos asesinatos. Fue seguido por os obispos de Fulda y de Limburg. El 24 de agosto de 1941 Hitler ordenó oficialmente la detención del programa T4. En esta fecha las víctimas eran ya 70.273 repartidas de la siguiente manera: 9.839 en Grafeneck, 9.772 en Brandenburg, 8.601 en Bemburg, 18.269 en Hatheim, 13.720 en Sonnenstein y 10.072 en Hadamar.
En la realidad, la eliminación de enfermos mentales e incurables continuó discretamente hasta 1945. Los centros de “eutanasia” recibían además convoyes de detenidos procedentes de campos de concentración que habían sido juzgados inútiles para el trabajo. Los documentos señalan la muerte, por ejemplo, de 5.000 detenidos procedentes de Mauthausen y de otros 3.000 de Dachau. El número de víctimas estimado en esta segunda fase de la operación T4 asciende a más de 30.000. Todos los ancianos judíos internos en establecimientos terapéuticos fueron matados de esta manera. La “eutanasia” permitió a los nazis asesinar a más de 100.000 víctimas indefensas. Fue la primera vez que se realizó un exterminio biológico justificado por el concepto de “higiene racial”; y la primera vez que fueron experimentadas las cámaras de gas que luego se usaron en las exterminaciones masivas de prisioneros de campos de concentración.
Más iformación sobre este tema en la pagina
http://www.txoriherri.com/nazis.htm
http://perso.wanadoo.fr/d-d.natanson/homosexuels.htm
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