El silencio me desnuda, me embellece;
contribuye a deshacer el saco de la lamentación,
de la penuria, del miedo, de la ira
que provoca irónicamente el objeto del deseo
marcado por el ideal que al fin no es más
que un mero sueño inalcanzable
por el que se lucha ardientemente en medio de la nada
La soledad es la fiel y leal compañía
que desde siempre viene conmigo,
que para siempre irá conmigo,
que me habita y me recorre,
que me siente y me acompaña.
La ternura es la dulce caricia
que en momentos de intemperie,
cuando navego contra la corriente de la tempestad,
me envuelve, me comprende y me perdona
desde el fondo de mi alma.
Y yo soy… ¿Qué soy? ¿ Quien soy?
Quizás no soy más que un atisbo de esperanza,
perdido en la memoria de los tiempos
de aquellas libradas batallas.
Respiro, susurro, me ensalzo.
Otra vez conmigo estoy,
floreciendo nuevamente,
con la luz de mi mirada.
Mª Ángeles Sierra.
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