Para mis amigas y amigos.

Con este video quiero dar las gracias a mis amigos y amigas por su apoyo, paciencia y comprensión y decirles que pueden contar conmigo como yo lo hago con ellos.

¡¡¡Gracias, sois geniales!!!



La diversidad permite se conocedores de todo, la unidad ayuda a encauzar los esfuerzos con un propósito, pero entre lo estas fuerzas hay frágil balanza.

Luís Gabriel Carrillo Navas

martes, 9 de febrero de 2010

Fagocitosis institucional

Por Manuel Rodríguez González *

Recuerdo muy nítidamente un documental de la National Geographic, donde un impala era acosado, hostigado y relegado a la soledad, al rechazo del enorme rebaño de sus iguales. Aquel desdichado herbívoro expulsado, a pesar de ese aislamiento intentaba volver a entrar en la sociedad que conocía, en el rebaño. Una y otra vez los líderes de la manada, esencialmente, le empujaban y agredían, mientras muchos otros lo marginaban con el desprecio del conformismo, del seguir pastando o como mucho mirando impasibles, como era exiliado.

Tras esa expulsión forzada y ante la soledad del espacio abierto, de la inmensa sabana pronto fue reconocido y atacado por carnívoros; en este caso por un grupo de leones que organizados pronto lo capturaron y devoraron, mientras el grupo de impalas, comía más plácidamente, más seguros incluso que antes.

Y yo me pregunto, ¿acaso esta sociedad fagocitante es diferente a la del reino animal, que se rige por las leyes de la supervivencia y el miedo, siendo cómplices en general demasiados ciudadanos que con su silencio y mirar para otro lado dan el visto bueno a quienes con políticas insolidarias y gregarias toman por los demás decisiones a menudo tajantes y excluyentes con los más débiles?.

Seguimos siendo pitecántropos al uso, donde lo que aún, a pesar de ese supuesto raciocinio intelectual y evolutivo del ser humano; y que parece ser nos diferencia de irracionales seres no ha cuajado, donde el instinto animal prima mucho más que esa supuesta inteligencia emocional y empática hacia los demás, donde finalmente ese instinto darwiniano se aferra al afán, no de superación sino del empujón y nos “humaniza” para ser competitivos, para ser fuertes en todos los aspectos y repudiar a quienes no llegan al canon absurdo, donde todo vale con tal de trepar y de hacerse un lugar para llegar a esta sociedad viciada de falsos éxitos sociales y económicos, pero que la decadencia de una sociedad insolidaria y falsa de valores comprometidos hacia la riqueza de la diversidad, de la participación y colaboración entre todos y para todos es pura imagen cual gotita de esperanza rota con una simple brisa.

Y es que, en pleno siglo XXI hemos “crecido” poco en asuntos bioéticos, humanos y deontológicos y seguimos mirando unas veces con lástima despiadada; otras con mísero rechazo a quienes consideramos inferiores por su condición física, conductual, psicológica o intelectual. ¡BASTA YA!

Por cierto, el pecado de ese impala obligado a morir: Ser albino. Ser distinto, representar para ese enorme rebaño de su misma especie un peligro, un obstáculo al llamar la atención su pelaje atípico.

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* Manuel Rodríguez es un ciudadano fagocitado por la Junta de Extremadura desde el día en que denunciara el acoso escolar que su hija con diversidad funcional padecía en Villafranca de los Barros. No solo no han puesto remedio, sino que Consejería de Igualdad, Consejería de Educación, Presidencia, por omisión, y la propia justicia a través de la frívola intervención de Fiscalía de menores, tanto al padre como la hija y tras una torticera confabulación de la que le sobran pruebas,  les han dado la espalda.

¡BASTA YA!

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